Las musas revolotean traviesas tras de mí, en cada oreja me llaman, me convocan a la fiesta, me incitan a dar el paso. El arte es una manifestación humana noble, elevada, que va más allá de las vidas normales de la mayoría. Y cuando te toca, tienes que sacarle punta, provecho, tienes que subirte a la ola. Te toca darle las gracias, pero con semblante serio, sabes que te embarcas en una actividad que te quitará tiempo y requerirá un gran esfuerzo. Y todo esto para decir que me he apuntado a un curso para aprender a tocar la guitarra flamenca.
La guitarra flamenca, la paella y la nostalgia del emigrante
Según mi experiencia, aunque no es definitiva, ya que conozco a gente que no le sucede lo mismo, suele pasar que aquel que lleva años lejos de su patria suele extrañar cosas de ella. Y así me ha ocurrido. En lo personal, soy un amante de la cocina asiática y desde hace muchos años me salen unos platos brutales (pad thai, curry, sushi, etc.). Vamos, que en casa es lo que se lleva. Sin embargo, últimamente me ha dado por comprarme una paellera (o caldero), azafrán y algunos ingredientes más para cocinar paella. Y vaya paellas que me están saliendo.
Del rock y el blues al flamenco
Y lo mismo me pasa con la música. Siempre he sido muy de la música británica y estadounidense (me niego a decir América para referirme solo a Estados Unidos) desde niño. En casa se escuchaba a The Beatles, Led Zeppelin, The Doors, Pink Floyd y compañía. Y con esa música empecé yo a tocar la guitarra con 17 años. De ahí partí y expandí mis gustos siguiendo esa línea y, al mismo tiempo, tocaba la guitarra rock y blues todo ese tiempo, incluso en grupos de rock.
Pues bien, recientemente me acabó picando el mosquito que transmite el gusanillo de lo patriótico, o algo así, porque me han dado ganas de aprender a tocar flamenco después de muchos años sin interesarme ni lo más mínimo por el.
¿Será por tenerlo cerca que nunca me interesó aprender flamenco?
Siendo del sur de España, como es mi caso, uno vive muy de cerca todo lo que tiene que ver con el flamenco. Hay peñas flamencas, aficionados de todo tipo, gente que lo lleva en la sangre, gitanos muy flamencos y, por supuesto, gente que cuando sacas la guitarra a la calle te dice que te toques algo «flamenco» para que puedan cantar.
En resumen, que si naces donde yo nací, tienes flamenco hasta en la sopa. ¿Será por eso que no me interesó lo más mínimo durante tantos años? Puede ser, pero ¿qué más da ahora eso? Lo importante es que me voy a subir en el barco.
Me compro un par de cursos para aprender guitarra flamenca y para adelante
Llegados a este punto, solo me queda decir que me he comprado dos cursos de guitarra flamenca y que le voy a dar duro para aprender. Y no va a ser fácil, ya que la guitarra flamenca no se parece en nada a la guitarra de rock y blues. Por poner un ejemplo, yo toco con púa con la mano derecha y en el flamenco hay que tocar con los dedos. Y aunque no parezca un cambio muy grande, la realidad es que no tiene nada que ver. Es como aprender casi desde cero con la mano derecha y en el flamenco la dificultad que se alcanza es enorme.
Y como digo, me he comprado 2 cursos de guitarra flamenca y esto significa que ya tengo material para los restos. Vamos, que me he comprometido con el aprendizaje y, de cierta forma, con el profesor. Y es que me parece un crack de los buenos. Y si tu quieres saber qué cursos son, déjamelo en los comentarios.
Y nada más, ya iré comentando mis progresos en la materia. Mientras tanto, nos vemos en el siguiente. Abrazos y gracias por leerme.
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