¡Hola! Para hoy un artículo de esos más personales en los que te voy a hablar un poquito más sobre mí, mis opiniones y gustos y, sobre todo, de las cosas que extraño por vivir fuera de España. Yo, que soy español, al dejar mi país y vivir fuera de este es fácil acabar echando de menos algunas cosas que voy a compartir contigo aquí. Además, lo que me gusta más de esto es ver si coinciden con los mismos puntos de otras personas o españoles que se marcharon a vivir a otros países que, curiosamente, estoy seguro de que en muchos casos es así. Pues eso, vamos a verlo.
Lo que echo de menos de España por vivir fuera de España
Aquí te cuento lo que echo de menos de España. ¡Vamos!
El verano
Como sabrás, España tiene estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) y, por lo que a mí respecta, soy un fan del verano. El calor, la playita, etc. Es algo que extraño bastante de menos de España, ya que es la época del año perfecta para disfrutar en la calle, caminar de noche, ir con ropa ligera, etc. El verano es mi estación favorita.
La luminosidad
Aunque depende de la zona de España en la que te encuentres, en general se puede decir que España es un país muy luminoso. Da gusto salir a la calle y ver ese cielo azul despejado con un torrente de luz y brillo dando vida y alegría a cada rincón del país. Sin duda, creo que esta luminosidad influye sobremanera en el carácter abierto de la gente.
Pues bien, esta luminosidad no es tan común en muchos otros países, en los que abunda el cielo nublado o con muchas menos horas de sol al año.
El mar Mediterráneo
Si hay algo que le da una identidad única a las regiones bañadas por sus aguas es el mar Mediterráneo. Y yo, como dice la canción de Joan Manuel Serrat, nací en el Mediterráneo. Bañarse en sus aguas, sentir la brisa marina, desayunar en terrazas junto a la arena, hacer deporte o pasear en el rompeolas son cosas que quien ha tenido el privilegio de mamar desde pequeño no es de extrañar que las acabe echando de menos.
Las tapas
Ayyyy, las tapas. Este es mi punto débil. Duele hasta hablar de ellas sin tenerlas cerca. Ay, las tapas. Solo nombrarlas y no degustarlas es ya toda una crueldad. Para quien no lo sepa, las tapas son porciones pequeñas de comida que se sirven en los bares españoles junto con alguna bebida (cerveza, vino, tinto de verano, mosto, etc). Para quien sí lo sepa, me imagino que estará salivando como yo en este preciso momento al recordar sus tapas favoritas.
¡Cómo no voy a echar de menos las tapas! España es un paraíso de la comida en las terrazas, los bares al aire libre y las reuniones de amigos en estos lugares disfrutando de buena comida. En mi lista siempre.
Las aceitunas y el aceite de oliva
¡Qué ricas son las aceitunas en España! ¿Y el aceite de oliva? Mi propia familia recogía aceitunas de los árboles para llevarlas después a la almazara y recibir aceite de oliva virgen extra casero para todo el año. Como decía aquella obra literaria: «Quien lo probó, lo sabe».
Las tostadas
En España es muy común desayunar en cafeterías en las que te sirven pan tostado untado de tomate triturado y otros ingredientes. Por supesto, ¡con aceite de oliva virgen extra! Es casi un ritual recibir tus tostadas y preparar el pan para echarle el aceite por encima y que se filtre bien sin que se caiga por lo lados. Sin duda, un placer de la patria.
El vino
Aunque es posible encontrar vino español en otras partes del mundo, lo cierto es que no te va a costar igual que en España. Además, cuanta mayor sea la calidad, mayor será la diferencia de precio. Es decir, si quieres un vino que sea Gran Reserva vas a tener que rascarte el bolsillo aún más que con un Crianza de lo que lo harías si lo compraras en España.
Además, no es solo el hecho de encontrar vino español importado en supermercados, es el poder tomar una copita de vino en un restaurante o similar. Y como he dicho antes, ¿te imaginas esas terrazas al aire libre de bares en una tarde-noche de verano tomando una copita de vino sintiendo la brisa del mar? ¡Quién podría no echar de menos eso! Yo sí.
Las naranjas
Como te he dicho antes, yo mismo recogía aceitunas, pero es que las naranjas son recuerdos de mi infancia. Campos de naranjas. Correr entre árboles y descansar pelando una naranja sentado en una piedra, bajo unas ramas, degustando ese sabor ácido pero muy dulce a la vez. Ese dulzor que solo puede darte el calor y el sol del clima Mediterráneo. Eso es supertípico de España. De hecho, es muy normal disponer de zumo de naranja en cafeterías o restaurantes. ¿Y el Naranjito (la mascota del mundial de fútbol de España de 1982? Nada más español que eso.
Los festivales y ferias
Hay algo que es muy estimulante de visitar en España, y son las ferias o festivales. Se viven muy intensamente y se celebran de forma periódica y en multitud de lugares de toda la geografía española, desde pequeños pueblos hasta las grandes ciudades. Hay de todo tipo: festivales de música, de gastronomía, históricos (medievales, etc), hippies, etc. Aún me acuerdo muy bien del Primavera Sound de 2005, tremendo festival de música cerca de la playa de Barcelona con algunas bandas históricas de rock y otras que en aquellos momentos surgían con fuerza. O los festivales de arte, gastronomía, cultura y música de la Alpujarra.
El entendimiento entre compatriotas
Sí, te puede pasar que lleves mucho tiempo en tu país de origen y estés harto de tus congéneres. Sin embargo, cuando llevas tiempo fuera, es normal que se despierte cierto sentimiento de hermandad hacia ellos como, por ejemplo, alegrarte de escuchar a una persona hablando con el acento de tu país de origen. Pero la cosa no se queda ahí, ya que en otros países siempre vas a estar dentro de una cultura en la que no has nacido, por lo que hay cosas que se te escaparán, ya sea la capacidad de entender el humor o las bromas, ciertas palabras o expresiones o, simplemente, personajes de la cultura popular.
Entonces, es normal extrañar, al estar fuera de España, ese entendimiento mutuo, casi intuitivo, que sí que existe entre españoles. Así que, sí, se extraña ese entendimiento entre compatriotas.
El ruido y el carácter abierto español
Mucha gente que viaja a España afirma que los españoles son ruidosos. Esto es algo que los españoles podemos no entender muy bien, pero que en cierta forma sabemos. Y es que ese ruido y expresividad del carácter español forma parte intrínseca de nuestra cultura. Y eso es cierto, ya que, en general, los españoles somos gente abierta y extrovertida como norma general. De hecho, los españoles suelen hablar alto y claro, suelen ser afectuosos y cercanos y, por supuesto, deliciosamente ruidosos. Es un rasgo muy propio. Yo extraño ese ruido de los bares y ese tipo de cosas, aunque por otra parte me gusta ser más discreto, tranquilo e introvertido que el resto de mis compatriotas. Cosas del carácter individual de cada uno.
La historia que se respira en cada pueblo
Sin duda, España es una nación con una historia muy rica y extensa. Y es que por sus tierras han pasado todo tipo de civilicaciones, culturas y pueblos. Piénsalo bien: por la península ibérica han pasado íberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, pueblos germánicos (visigodos), árabes, almorávides, almohades; luego la reconquista cristiana, la mezcla con los pueblos americanos, invasiones napoleónicas, ingleses, alemanes, migrantes de pueblos eslavos, rumanos, subsaharianos, entre otros.
Dicho esto, no es difícil imaginar la inmensa historia escrita a lo largo de miles de años en estas tierras, lo cual se refleja en yacimientos arqueológicos neolíticos y de la edad de Bronce (Atapuerca, Burgos), de la edad del Cobre (los Millares, en Almería), puentes y acueductos romanos (Segovia), mezquitas (Córdoba), palacios (Alhambra de Granada), catedrales románicas (camino de Santiago), góticas o modernistas (Sagrada Familia de Barcelona).
Y la cosa no queda ahí, ya que lo mencionado son algunos de los activos históricos más importantes, pero la magia empieza cuando recorres pequeños pueblos desconocidos y ves que cada uno de ellos tiene una herencia histórica de la que presumir. Ciertamente, se respira esa historia en cada rincón de España.
La seguridad
Hoy en día existe la idea de que en todas partes vas a sentir inseguridad, pero yo no estoy de acuerdo. Desgraciadamente, no he sentido la misma sensación de inseguridad en América latina que en ciertos lugares de Asia o, concretamente en relación a este artículo, España. Y con esto no quiero decir que no haya inseguridad o robos en España, pero además de localizarse estos en zonas muy concretas, no son de la misma magnitud que los que he sentido en otros sitios.
Así que, bajo mi experiencia personal de haber vivido en distintos sitios y haber viajado por medio mundo, me atrevo a afirmar que España es un país bastante seguro. Aún recuerdo a un argentino asombrado de que celebráramos fiestas de noche en la playa en la ciudad, diciendo que el no se atrevería a hacerlo en su país.
Como digo, en todas partes hay delincuencia y barrios deprimidos donde hay más problemas en los que el sentido común te puede ayudar a que no te roben o te hagan alguna otra cosa. Pero la «atmósfera general» de seguirdad es mayor, en mi opinión, en España o su vecina Portugal que en otros países en los que he vivido o he visitado.
Las compras por internet
Yo sé que hay mucha gente que no compra por internet aún, pero no es mi caso. Es más, a veces me gusta conseguir productos que no se venden de forma generalizada en tiendas locales. Por ello, que existan tiendas por internet que los ofrecen me facilita mucho la vida y, en España, es muy fácil encontrarlos y recibirlos rápidamente en casa. Desafortunadamente, en otras partes del mundo no es así. Así que, sí. Lo extraño de España.
Viajar por carretera o tren
Por último, voy a mencionar lo fácil que es viajar dentro de España. Ya sea que elijas viajar por carretera o tren, los viajes interiores entre ciudades o provincias españolas son muy sencillos y cómodos. Las carreteras están muy bien hechas y te conectan con cualquier parte del país de forma excelente. Los trenes, en general, también. Por ello, es muy fácil viajar dentro de España sin problemas en comparación con otros países.
Es cierto que muchos de estos otros países no pueden tener de forma tan fácil buenas infraestructuras por su propia situación geográfica o climática. Por ejemplo, he visto que en los Andes existen fallas geográficas que deterioran las carreteras de vez en cuando, por no hablar de las precipitaciones. En cualquier caso, sí se extrañan las carreteras españolas o, directamente, viajar en tren por España.
Y hasta aquí mi artículo sobre las cosas que echo de menos de España o que extraño de mi país. Si te ha parecido interesante, me encantaría leer tu opinión o si eres de otro país, puedes dejar un comentario diciendo lo que más te gusta de tu país. Un abrazo.